Tras el semifracaso de Pinocho, Disney se
concentro en realizar un cortometraje basado en la historia de El Aprendiz de
Brujo con su estrella internacional Mickey
Mouse como protagonista. Decidió utilizar la pieza de concierto de Paul Dukas
basada en esta historia para contarla a las audiencias. Cuando el afamado
conductor de orquesta Leopold Stokowski se entero de este proyecto se acerco a
Disney y así surgió Fantasía.
El Aprendiz de Brujo había elevado su costo
a 125,000 dólares, que nunca recuperaría si se lanzaba como corto. Leopold
Stokowski le propuso a Disney conducir la orquestación de El Aprendiz de Brujo
sin cobrar un peso y le dio la idea de Fantasía, una antología de música famosa
ilustrada con animación. La música escogida sugería por si sola temas,
ambientes, colores, diseño, ritmo y personajes. Y aunque muchos críticos se oponían
a este intento por darle una historia a composiciones mundialmente conocidas,
la Sinfonía Pastoral de Beethoven empezaba a convertirse en la historia de una
arcadia griega poblada de seres mitológicos. La danza de las horas de
Ponchielli se convirtió en un ballet cómico de avestruces, hipopótamos,
elefantes y cocodrilos.
Para hacerle honor a la esplendida música de
Fantasía, Disney creo Fantasound, que grababa la música con varios micrófonos y
la reproducía en la misma cantidad de bocinas en los cines. Así, Disney dio
inicio a la era del sonido stereo. Esto y otras cuestiones artísticas elevaron
el costo a 2.2 millones de dólares. Los teatros se resistieron a instalar
Fantasound, cortaron la película de dos horas a 81 minutos y sin el mercado
europeo sumido en la guerra, Fantasía se convirtió en un fracaso económico.
A pesar de la pérdida de dinero, el público
de varias generaciones se ha enamorado de Fantasía, con sus imágenes psicodélicas
y es considerado hoy en día como una de las grandes obras del estudio.
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