La tercera producción después de Blancanieves,
Bambi presentaba nuevos retos: la historia era más seria que ninguna otra que
el estudio hubiera abordado, incluso trágica, con la muerte de la madre del
cervatillo. El reparto completo consistía de animales y tenían que ser animados
de forma natural, tomando en cuenta el tema serio de la historia. Si se
caricaturizaba a los personajes se destruía el drama.
Disney trajo al estudio al pintor de
animales Rico LeBrun para enseñar la estructura y el movimiento de los
animales. El fotógrafo paisajista Maurice Day paso meses en el bosque de Maine,
capturando animales y cambios de estaciones. Un verdadero zoológico se montó en
el estudio para analizar a los ciervos, conejos, patos, búhos y hasta
zorrillos. A pesar de las esperanzas de Disney de avanzar la producción y no
detenerse tanto, Bambi no podía ser apresurado. La dificultad de dibujar
animales reales llevo a animadores expertos a terminar solo ocho dibujos
diarios, en vez de los 240 que hacían en otros proyectos.
Pero no todo fueron malas noticias. La cámara
multiplano contribuyó al realismo de Bambi. La escena de apertura, diseñada por
Dick Anthony es una maravilla, así como el búho volando a través de los
arboles. La escena de la lluvia emplea el color de forma maestra. A pesar de
toda la brillantez artística de la película, Bambi se estreno en Agosto de 1942
y no fue un gran éxito en la crítica. Estados Unidos se había ido a la guerra y
las audiencias buscaban todo menos una tragedia.
El experimento de Disney de entrar al
realismo no le gusto a la crítica pero fue una gran escuela para que los
animadores lograran grandes secuencias en los filmes por venir.
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