La larga temporada de sequia en el estudio
Disney terminó con La Cenicienta. El trabajo con el guión había empezado antes
de la guerra, junto a Peter Pan y Alicia en el País de las Maravillas. Walt no había
encontrado la manera de inyectar calidez a los personajes de Peter y Alicia
pero encontró en La Cenicienta las mismas cualidades que Blancanieves: una heroína,
una gran villana, ratoncitos y un final feliz.
Disney asignó a los mejores guionistas,
directores y animadores a La Cenicienta y estuvo presente en cada junta
creativa. La dirección de la animación estuvo en manos del brillante Norm
Ferguson asi como los Nine Old Men (un chiste basado en el epíteto que
Roosevelt asigno a la archi-conservadora Suprema Corte) que habían trabajado
desde Blancanieves y llevarían la animación Disney al nivel de obra de arte:
Milt Kahl, Frank Thomas, Ollie Johnston, Eric Larson, Les Clark, Marc Davis,
John Lounsbery, Woolie Reitherman y Ward Kimball. Los ratones y el gato Lucifer
fueron creaciones inspiradas de este último. Disney, que no había quedado
satisfecho con las propuestas para Lucifer, visito un día la casa de Kimball y
viendo a su gato negro y redondo le dijo “Ahí tienes a Lucifer”.
Cuando La Cenicienta se lanzó en Junio de
1950, fue recibida como el primer largometraje en forma de Disney en ocho años.
Con excepción de unos pocos detractores, las críticas fueron generalmente
entusiastas. La generación de la posguerra, algunos ya con familia,
descubrieron en La Cenicienta lo mismo que les había fascinado de Blancanieves
en su juventud: el bien triunfa sobre el mal.
Con canciones exitosas como “Bidibi-babidi-bu”,
La Cenicienta se convirtió en el más grande éxito económico de Disney hasta ese
momento, eclipsando por mucho a Blancanieves.
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