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parte I
SPOILERS
(soy quisquillosa, porque exijo
de Disney la calidad que sé que es capaz de dar)
Primero hay que dejar algo claro,
Frozen no es una adaptación de La Reina de las Nieves. La historia evolucionó
tanto por otro camino que terminó siendo un argumento original “inspirado por”, y no
tiene caso decir “en el cuento original…”. Juzguémosla por sus propios
méritos.
A algún crítico se le ocurrió
decir que Frozen era el evento animado de Disney más grande desde El Rey León,
y Disney, por supuesto, saco provecho y lo agregó a su segundo tráiler. Eso
causó dos reacciones: o subía las expectativas hasta el cielo, o llenaba de
dudas. Alguien más declaró por ahí que era el mejor Clásico musical desde la
muerte de Howard Ashman (por cierto, uno de mis artistas más admirados). Ambas
afirmaciones me dejaron alzando las cejas, —¿De veras? —.
¿Qué pasa con lo más importante
en cualquier filme animado de nuestro querido Estudio del Ratón: la historia?
Am…
Bueno, es muy buena. El tema del
amor y el miedo es excelente. Pero en la trama y personajes… tenemos algunos
problemas.
Cuando la película acaba, queda
la sensación de que hubiera durado poco tiempo. Sí, querías ver más, pero
porque todo pasa muy rápido; y mientras que quedan varios huequitos esparcidos
por todo el filme, también hay elementos que ocupan tiempo y espacio sin
mucho propósito.
Los hombres que se quedan en el
castillo luego de la coronación ¿qué hacen ahí?, ¿quiénes son? Recuerdo que uno
era francés, ¿son embajadores?, ¿tienen algún puesto político en Arendelle?. No
sabemos nada de ellos, parece que sólo están ahí por chisme. Entre ellos, el
único que destaca es el Duque de Wesselton, pero no gran cosa, y a este
personaje se le publicitó como “el malo”. Al inicio es gracioso, y al acusar a
Elsa de hechicería contribuye a su huída, pero es todo lo que hace. No vemos
real villanía en él, sale poco en pantalla y muchos lo han nombrado como el
peor personaje. Sus hijos tampoco son memorables como villanos, aunque me gusta
su enfrentamiento con Elsa.
Desde que salió el teaser, Sven y
Olaf no me agradaba. Nunca me dio risa Maximus en Enredados, con actitud de
perro, y la repetición del chiste no me pareció buena idea, además que por su
diseño me recordaba a los alces idiotas de Tierra
de Osos. Al final en realidad no me importó. A veces olvidaba que estaba
ahí, se podría haber perdido o muerto y apenas me habría enterado. A varios les
agradó; yo lo sentí por completo inútil.
Olaf desde el inicio dividió al
público: a unos les pareció adorable, y otros lo odiamos. Sorpresivamente, en
el cine no me desagradó… taaaanto. Oh, no me gusta, no lo metería ni por broma
a mi top de secundarios favoritos, pero al menos sí tenía un propósito en la
trama, inclusive simbólico: representa parte de la infancia de las hermanas. Cuando
conoce a Anna, ella sonríe al recordar quien era (por cierto, ¿no les saltó que
ella gritará al verlo y pateara su cabeza e inmediatamente después fuera amable con él?). Olaf ayuda a Anna siempre, posiblemente por ser creación de
Elsa. En realidad estuvo cerca de ser un buen personaje, pero ¿no pudo tener un mejor diseño?; digo, vean a Malvavisto,
él luce asombroso, y Olaf se quedó con el primer aspecto que le garabateron,
exageradamente simplón y con cara tonta. Y aunque contribuye a la historia
principal, su subtrama falla; El verano juega con lo que le podría pasar si
regresa la estación cálida, y comienza a derretirse antes del climax, pero en el
final, derretido por completo, sigue vivo y Elsa lo arregla en dos segundos, de
modo que perdió importancia. (¿Y de Malvavisco Elsa jamás se acordó?)
A varios, Olaf y Sven les
parecieron muy graciosos; sinceramente, a mí jamás. Incluso lo chistoso de Olaf
resulta fuera de lugar, por ejemplo cuando llegan al palacio de hielo. Establecen a lo largo
del filme la metáfora de las puertas, cuando Anna debe pedir ayuda a su hermana
no se atreve a tocar la puerta y Olaf sale con el chiste de “¿qué no sabe
tocar?”, y el momento dramático se cae.
No disfruté demasiado del humor
en otras partes de la película, tenía mayor interés en el drama. Aunque hubo un diálogo que sí me retorció de
risa: el comentario de los mocos; y más todavía con el “disclaimer” en los
créditos.
Y pasando a Kristoff, él es quien
me causa mayor conflicto. Su diseño es estupendo, fornido y narizón (recuerda a
Bastion, personaje que evolucionó en Flynn Rider) y su personalidad es
agradable. Pero a los directores, a John Lasseter y a todo el equipo creativo se
les olvidó su historia de fondo. ¿Qué pasó con sus padres? (Jennifer Lee declaró
que es huérfano), ¿por qué está con los corta hielo y ellos sencillamente lo
ignoran? (al principio, imaginas que alguno es su padre o algo), ¿al crecer
trabaja también con ellos o por su cuenta?, ¿de dónde salió Sven?, ¿creció con los trolls?
(se refiera a ellos como amigos, no como familia, aunque llama al líder Abuelo Pabbie), ¿dónde vive?, ¿por qué
desprecia a las personas?, ¡¿qué pasa con este personaje?!. Si perderíamos el
tiempo en el encuentro con los trolls (me gusta Necesitan reparaciones, pero Anna podría estar en peligro y con la
canción los personajes gastan tiempo), pudimos al menos usarlo en conocer la
historia personal y motivaciones de Kristoff. No sabemos nada, nada, de uno de
los personajes principales.
Hablando de los trolls, ¿cómo
funciona su magia? ¿Pabbie sólo toca una mano y ya sabe cómo se llama la
persona y que le pasó, pero no ve el futuro?. Por cierto, Pabbie es el más
grande spoileador que haya conocido.
A los reyes de Arendelle les vemos
muy poco (y la reina en realidad no hace cosas), pero son parte central de la
historia. Durante ¿Y si hacemos un
muñeco? no aparecen con Anna sino hasta el final, pero por el abrazo se
deduce que si tienen una buena relación. Elsa, por otro lado, debió tenerles
auténtico amor-odio, estuvieron junto a ella y eran los únicos que sabían su
secreto (¿nunca lo supo nadie de la servidumbre?), pero causaron que creciera
con miedo. Ya que las hermanas se separan, toda la familia para cada una de
ellas eran sus padres, y sus muertes dejaron a la mayor de sus hijas cerrada al
contacto con otra persona, y a la menor anhelándolo tanto que estaría dispuesta
a casarse con el primero que muestre interés en ella.
Hans es un personaje muy
interesante. Antes de ver la película, oí dos rumores sobre él: en realidad es
malo/al final se queda con Elsa (en una versión anterior de la historia, había
“HansElsa”). Durante la película, no creía que de veras sería el villano (¡lo muestran repartiendo cobijas!), pero por los “medio spoilers”, no me
sorprendí tanto como debí hacerlo. El resto de la sala del cine sí, recuerdo un
hombre sentado en las filas de adelante que hizo retumbar en todo el lugar un
sincero —¡¿EH…?!—. Varios críticos han dicho que a Frozen le falta un buen
villano a la altura de Scar, Úrsula o Maléfica. Primero tenemos que el
verdadero antagonista es el miedo (en palabras de los directores), que Hans y
supuestamente el Duque ejercen de antagonistas secundarios, y Hans es un
villano que no sólo engaña al héroe (como Scar) sino también a la audiencia,
por eso no lo vemos tramar sus planes o reír malévolamente (cosas que nos
encantan). Por el engaño, Hans no es un villano disfrutable, es un desgraciado
malnacido. Incluso La puerta es el amor es
una canción singular, presentándola como “la canción de enamoramiento”, aunque
finalmente podemos enlistarla en las canciones de villanos. Hans se destaca
en la farsa, y sinceramente me fascina el personaje, pero tiene un desenlace
pobre.
Y terminamos con las realmente
importantes: Anna y Elsa. Porque esta es la historia de dos hermanas, ¿no? ¿Y
si hay que resaltar a una? Creo que resumiría varios de mis problemas con la
película en que los directores creen que Anna es la protagonista, erróneamente.
Anna es la heroína, pero Elsa es la protagonista, ella es quien tiene el gran
conflicto. Y de Elsa nos entregan menos tiempo en pantalla.
Anna es bastante optimista y
alegre, quizá demasiado para alguien que ha estado en soledad. Sus padres
debieron pasar mayor tiempo con Elsa, y su hermana terminó siendo casi una
desconocida para ella. Es un personaje disfrutable, pero a veces es excesivamente
campechana y distrae del ambiente de cuento de hadas (¡¿”no sé si estoy gozosa o
gaseosa”?!).
Elsa sí tiene una personalidad
acorde a su trasfondo, pero habría preferido verla más antagónica, como nos
hicieron creer en los avances (piensen en qué le pasó a la escena de "that's no blizzard, that's my sister"). Aunque tenemos un gran momento en la pelea con
los hijos del Duque: a uno lo inmoviliza, pero al segundo lo empuja con un
bloque de hielo, y aunque él llega hasta el borde del balcón y no puede escapar
fácilmente de ahí, ella sigue empujando y se coloca en una posición casi
animalesca. Si Hans no aparece, ella podría haberlo lanzado a su muerte.
Pese a que algunos habríamos deseado
que lo fuera un poquitito más, Elsa es un personaje complejo. Al contrario de Anna, ella
acepta la soledad si a cambio puede ser libre. Cree de verdad que sus poderes
son peligrosos, pero le gustan y los reconoce como parte de ella. De eso trata Libre soy. Antes de crear el palacio
donde abrazará una vida ermitaña, ella crea a Olaf, un recuerdo de
felicidad al lado de Anna, casi como una forma de despedirse. El sentimiento
fue tan fuerte que le dio vida sin saberlo, (a Malvavisco lo crea la necesidad
de alejar de ella misma a quien más ama ).
Todos hablan del sufrimiento de
Elsa y el sacrificio de Anna por amor, pero Anna también sufrió y Elsa también
sacrificó, Anna también vivió soledad y miedo, y Elsa también amó. Olaf, que
nació de Elsa, le explica a su hermana el amor (Anna no sabe que es; sin embargo, ama).
El clímax de la película está muy
bien construido. Cuando Anna es consciente de que va a morir, recurre a Hans
con desesperación, y después a Kristoff, y mientras ambos se buscan en medio de
la ventisca, ella siente miedo. Quizá el mejor momento del filme es cuando ella
ve que su hermana va a ser asesinada, y voltea a ver a Kristoff. Duda. No quiere
morir y sabe que su única esperanza está enfrente de ella, a unos cuantos
pasos. Y entonces, con ojos tristes pero posición decidida, se interpone entre
la espada y su hermana, de quien cree que la ha rechazado. Por eso su
sacrificio es realmente conmovedor y valioso.
Aunque de aquí vamos descendiendo.
Siendo muy quisquillosa, no le veo mucho sentido que Anna se congele tan rápido
al final y justamente mientras realiza
el acto de amor de verdad; pero bueno, capricho en favor del guión. Muchos
piensan (coincido) que en la “muerte” de Anna hace falta algo, alguna canción,
y se siente tan necesario que hay un reprise fanmade de ¿Y si hacemos un muñeco? por parte de Elsa muy conmovedor.
A la película ciertamente le hace
falta alguna canción al final. Tenemos 9 canciones (cuando usualmente en Disney
hay 6 en promedio), gran parte están al principio, casi una tras otra, y en
el último tercio estamos pelones.
Después de que Anna se descongela,
el desenlace es rápido y tropezado. Olaf nos explica lo que acabamos de ver como
si no pudiéramos entenderlo, Elsa sabe en medio segundo lo que debe hacer para terminar
el invierno eterno (que duró… dos tres días),
Hans y sobre todo el Duque son expulsados sin mayor desarrollo, Olaf resuelve su subtrama
sin verdaderas complicaciones, todo el reino de Arendelle acepta a su Reina como
si nada y ya estamos oyendo la canción de créditos.
Y una de mis mayores quejas, es
la falta de la anagnórisis de Anna (antes de que busquen, es “el descubrimiento”,
una “caída de veinte”). Ella jamás recupera su memoria o se le revela por qué
su hermana la rechazó de un día para otro, no sabe el sacrificio de Elsa ni que
la había herido. Lo peor, dejan pasar momentos idóneos para ese descubrimiento:
cuando las hermanas se encuentran en el palacio de hielo, cuando Kristoff ve
que su cabello se torna blanco (él dice que vio a sus amigos resolver lo
mismo antes, debe recordar que era Anna o deducirlo), o cuando se encuentra con Pabbie.
Concluyendo, Frozen tiene un gran
argumento, pero una trama tropezada por aquí y por allá.
¿Sí es lo mejor de Disney desde El
Rey León? No. ¿El mejor musical desde la muerte de Howard Ashan? Prf, no. Pero
aunque está lejos de ser perfecta, presenta una de las historias más complejas
de Disney y es altamente disfrutable.
KAT