domingo, 29 de julio de 2012

Especial: “75 años de magia: preparando el despegue”


Después del éxito comercial de La Sirenita, Disney teorizó que era tiempo de hacer una película sencilla y no muy costosa, como lo fue Dumbo en su tiempo. Una secuela para el éxito de 1977, Bernardo y Bianca apareció como un candidato fuerte. Disney tenía los derechos de todas las historias de Margery Sharp y los personajes principales ya estaban delineados.

El guion de Bernardo y Bianca en Cangurolandia se había empezado a escribir en 1986 y se aprobó el mismo fin de semana que se estrenó La Sirenita. Con una historia ambientada en Australia, la película se hizo bajo la idea de que las películas animadas debían ser súper producciones, debido al éxito de La Sirenita. Sin embargo, fuera de Bernardo y Bianca, los demás personajes necesitaban ser creados. Hendel Butoy y Mike Gabriel, animadores desde los 70s fueron asignados como directores. Bernardo y Bianca en Cangurolandia se benefició de los paisajes y animales exóticos de Australia.
Para este filme se desarrollaron nuevas tecnologías por computadora que ampliaron la gama de colores a utilizar al infinito y mayor libertad de movimiento de cámaras, algo que sería crucial para otra película que Disney planeaba estrenar pronto: La Bella y la Bestia.  Aunque la película no resultó un éxito en taquilla tiene animación sorprendente y visualmente es hermosa.

Mientras el fin del siglo se acercaba, la animación Disney se encontraba en un momento muy similar a Blancanieves en 1937: animadores jóvenes y talentosos con nuevas técnicas y tecnologías que hacían que todo pareciese posible. Muy pronto vendría una película histórica. 

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